Ricardo Gareca, táctica al servicio de la inteligencia

Por José Luis Ponsico *

Hace tres años y medio Ricardo Gareca alcanzaba primeros planos. Vélez campeón del Clausura´09. Se discutió mucho si su equipo "lo merecía" -Huracán de Angel Cappa, fútbol del "tiki tiki" favorito para muchos- en medio del debate nacional. Lo destacado "la escuela de Vélez".

Hoy, repite. Desde Carlos Bianchi, Carlos Ischia, Osvaldo Piazza, Julio César Falcioni y ahora Ricardo Gareca -sin olvidar a Omar Asad en Godoy Cruz- el club de Liniers marca una línea de técnicos exitosos. Estilo laborioso. Todos ganadores.

Incluye dirigentes, jugadores y cuerpo técnico. El "Tigre" Gareca hizo especial hincapié en el perfil de Christián Bassedas, aquél "10", virtual enganche, de la "V" en el multicampeón de Carlos Bianchi, a mediados de los´90. El "mánager" de Vélez hace 4 años lo pidió a Gareca estando el Tigre en Lima, Perú, noviembre´08.

"Somos amigos hace más de 20 años, cuando jugué en Vélez después del ciclo en el América de Calí y digo que Bassedas es clave en todo como manager, dice Gareca siempre. También lo repite ahora.

Nacido en Tapiales el 10/2/58, recordado "lungo" en Boca con 1,86, Gareca hizo 147 goles en 387 partidos. Luego pasó por Sarmiento de Junín en el´81, a préstamo. Hizo 13 goles. El DT. era Roberto Perfumo.

Aquella final con Huracán -polémica de Gabriel Brazenas, el gol de "Maxi" Moralez- tarde/noche del estadio "José Amalfitani", generó una gran discusión que duró un tiempo. El árbitro "parado" por la AFA -nunca más dirigió- y el título quedó expuesto.

En una confitería de la calle Emilio Castro casi Montiel, pleno Villa Luro, Gareca se negó a contestar nada sobre el reclamo de Huracán y fuertes expresiones de Angel Cappa. "Desde mís comienzos en Boca en el´80 siempre fuí igual: nunca lloré ni pedí nada",dijo

El tiempo le dió la razón. Vélez muestra inteligencia en la cancha desde hace varios años. Con ausencia por ventas y vencimientos de contratos, ahora Augusto Fernández, Juan Manuel Martínez, antes Ricardo Alvarez, Maximiliano Moralez y el uruguayo Santiago Silva. También uruguayo Hernán Rodrigo López y Jonathan Cristaldo.

"En tres años se fueron quince jugadores", dice Gareca. La cita incluye los defensores Nicolás Otamendi, Marco Torsiglieri, Fernando Ortiz. Leandro Somoza, Franco Razzotti y Héctor Canteros volantes centrales. Víctor Zapata zurdo armador. El arquero rafaelino Marcelo Barovero.

"Por suerte, llegaron Federico Insúa, Lucas Pratto y el "Chucky" (Facundo) Ferreyra. El equipo tiene algo del anterior -elogió a todo el mundo, en finales de la Copa Libertadores- pero llega al gol igual", agrega.

Gareca tuvo distintos técnicos.En el´85 consiguió la clasificación de Argentina para México´86, dirigido por Carlos Bilardo. No quiere encasillamientos. Ni "táctico" ni "lírico"", cita periodística que le restaba mérito a la "V" en´09.

¿ Quién no recuerda la arremetida del ex atacante y hoy DT.ganador para meterla en el arco peruano tras subida heróica del capitán Daniel Passarella faltando 8´ para terminar en el Monumental, en el´85 ? No obstante, ahora alcanzó reconocimiento general.

Gareca llegó en silencio a Vélez. Sin fama de DT. caro. Como "9" encarador, fuerte y certero en el área. Hizo goles en Boca, River, América de Cali, Vélez e Independiente. Hoy, como Alex Ferguson en Vélez si se cuenta lo efímero del fútbol en materia de técnicos.

El entrenador escocés lleva más de un cuarto de siglo en el Manchester United. Superó la vieja antinomia de católicos versus protestantes británicos. Caso único. Gareca también convenció a todos.

* Especial para La Señal Medios.

River. Jorge Gordillo y el buen momento de las inferiores

Por José Luis Ponsico*

 River marcha arriba por puntos (logró 120) en seis categorías de la Zona Campeonato. Jorge Manuel Gordillo, ex lateral derecho riverplatense de la serie exitosa con Héctor Rodolfo Veira del´85 al 87, referente de las Inferiores, tiene a su cargo a la Cuarta peleando la punta.
Como jugador riverplatense ("Debuté en Primera en el´81, camada del "Colorado" José María Vieta y muy cerca en la edad con Ramón Díaz; llegó antes con Angel Labruna como técnico", evocó) ganó torneos de AFA., Copa Libertadores y Mundial Interclubes hace un cuarto de siglo. Como técnico dirigió todas las categorías.

"River tiene más 300 pibes en inferiores y excelentes promesas", dijo a Télam el popular "Tapón" Gordillo, 50 años "Por lo general, el club siempre tuvo buenos jugadores, abajo", agrega el técnico que a fines´07 dirigó interinamente la Primera por renuncia de Daniel Passarella.

  "La Quinta donde juega Giovanni Simeone, hijo del "Cholo", dió jugadores a la división Reserva del "Turco" (César) Laraignée, ahora a cargo de Gustavo Zapata por enfermedad del primero. Gío (por Simeone júnior) tiene un enorme futuro" avisa.

  "La Cuarta a mí cargo está cabeza a cabeza con Rosario Central. La Sexta lleva 21 partidos sin derrotas. Con 17 victorias y cuatro empates; mérito grande de Fernando Kyumchoglu como entrenador", añade.

  Gordillo era un "4" que tenía buena marca y salía jugando. Recorrió siete años la Primera y con Reinaldo Merlo DT jugó como lateral izquierdo, siendo diestro. Mucho oficio. "Uno complicaba siempre jugando por afuera, el Puma (José Luis) Rodríguez de Deportivo Español. Vivo, encarador, fuerte" describe duelo que tiene 30 años.

  Uno de los amigos de Gordillo le apunta al cronista: "El menor de sus hijos, Mateo, pinta para ser cosa seria. Habilidoso y picante", algo que incomoda al ex futbolista de River dedicado a pibes más grandes. "Tengo cinco hijos, Ezequiel, 29, Sabrina, 26, Camila 20, Luisa 14 y Mateo... al que veremos cómo está más adelante", sonríe.

  Los buenos tiempos en el recuerdo de los memoriosos evocando "maestros" como Carlos Peucelle y Ernesto Duchini y desde los´90 al brasileño "Delem" (Vladen Lázaro Ruíz) fallecido hace seis años, River tiene -hasta hoy- todas las divisiones peleando el título en cada categoría.

  Gordillo vive en Bernal, extremo opuesto del Monumental, es uno de los formadores "abajo" como dice él. "En el fútbol se aprende todos los días. Lo ideal: los pibes que jueguen e intenten siempre. Sin temores.Poco rigor táctico en la primera edad", dice.

  Junto Kuyumchoglu -éste "descubrió a Lucas Ocampos y pasó el dato a Matías Almeyda-, Cristián Manfredi, Claudio Viscovich, Luis (Luigi) Villalba y Ricardo Lazbal, además de Laraignée y el "Chapa" Zapata, el "Tapón" vive con mucha discreción el buen momento riverplatense, "abajo".              

* Periodista. Telam / La Señal Medios.

Informe Especial: un pueblo, Lula, el ascenso, la Copa

Para los parámetros de la afición argentina, Corinthians sería un Boca Juniors sin despliegue mediático, sin hazañas deportivas extraordinarias. Un club de arraigo paulista desparramado por otros distritos que se identificaron con su pasión, no con sus victorias. Una mezcla de Gimnasia, Central, Colón, con una pizca de Rácing. La bandera de los humildes, el club de Luis inacio Lula da Silva. 




Se dice en Brasil que desde sus primeros pasos, fue el “equipo del pueblo”. Gestado el 1 de septiembre de 1910 por un grupo de trabajadores que viajaban siempre en el mismo tranvía en el barrio paulista de Bom Retiro. Por sus filas pasaron grandes jugadores, pero recién en 1991 el Corinthians jugó su primera Copa Libertadores y esta final continental que acaba de ganar ante Boca es la primera de su rica historia. 

Los fundadores del Timão fueron Joaquim Ambrósio, Carlos Silva, Antonio Pereira, Raphael Perrone y Anselmo Correa. Habían quedado impresionados al presenciar a un equipo inglés, el FC Corinthian, y decidieron ponerle su nombre al nuevo club, cuenta el periodista deportivo Alejandro Fabbri en su último libro, El nacimiento de una pasión continental.

“Corinthians va a ser el equipo del pueblo porque el pueblo le elegirá”, fueron las palabras de Miguel Battaglia, primer presidente del club. La camiseta original del equipo era crema, con puños negros y pantalón negro, pero pronto el crema derivó en blanco, que era mucho más sencillo de hallar.

Logró un buen número de títulos locales (ganó 26 campeonatos paulistas, 5 campeonatos brasileños, 5 torneos “Río-Sao Paulo”, 3 Copas de Brasil y 1 Supercopa de Brasil), y en 1991 el Corinthians pudo jugar su primera Libertadores. Aquella vez, pasó la primera fase con comodidad, pero terminó siendo eliminado precisamente por Boca, tras perder 3-1 en La Bombonera y empatar 1-1 en Brasil. También River supo dejarlo afuera en dos oportunidades. La primera fue en 2003, cuando en octavos de final el equipo paulista cayó 2-1 en el Monumental y luego volvió a caer por el mismo marcador en Brasil.

En 2005, el Corinthians buscó un símbolo riverplatense para reforzarse. El club, con el respaldo del iraní Kia Joorabchian (cabeza del grupo inversor MSI) contrató a Daniel Alberto Passarella como DT. El Kaiser no tuvo buenos resultados y fue despedido tras la eliminación en octavos de final de la Copa Brasil ante el modesto Figueirense y un duro 1-5 ante el Sao Paulo. Sin embargo, aquel equipo que contaba con Javier Mascherano y Tevez entre sus filas terminaría consagrándose en el Brasileirao y clasificando para una nueva Libertadores.

En 2006, entonces, el Corinthians y River volvieron a verse las caras, nuevamente en octavos de final de la Copa. Tevez puso en ventaja a su equipo en el partido de ida, aunque River terminó ganando 3-2 en el Monumental. En la vuelta, el Pipita Gonzalo Higuaín fue clave para que el Millonario ganara 3-1 como visitante y evolucionara hacia los cuartos de final. Otro duro golpe para “La Fiel”, la hinchada del “equipo del pueblo”, que ya recibía cargadas por sus dificultades en los tramos finales.

Más tarde, Tevez -todo un ídolo del club tras el título en 2005- terminaría dejando el Corinthians por problemas con el DT Emerson Leao y un gesto que realizó durante un partido ante el Fortaleza y que lo enfrentó con la barra del equipo, que luego de aquel encuentro atacó el auto de Carlitos, quien se terminaría yendo al West Ham inglés.

Un año después, llegaría el peor momento en la historia del club: en 2007, el Corinthians descendió a segunda división y su presidente de aquel entonces, Alberto Dualib, fue acusado de malversación de fondos. La amargura en el rostro de Lula, encarnando a una parte enorme del pueblo brasileño, fue reflejada –no sin satisfacción- por las cadenas de noticias. Para alegría del ex presidente brasileño, el Timão sólo necesitaría una temporada para volver a Primera.

Dos brasileños “Xeneizes” y un arquero argentino. La historia del Corinthians no sólo está vinculada a Boca por Tevez. Domingos Da Guía, aquel célebre defensor brasileño que jugó en el equipo de La Ribera entre 1935 y 1937, llegó al Timão en 1944, ya como un veterano jugador, y allí se desempeñó hasta 1947. También Dino Sani, un volante central brasileño que jugó 14 partidos y convirtió 4 goles para el xeneize en 1961, jugó en el conjunto paulista entre 1965 y 1968. Se retiró siendo todo un ídolo de la hinchada y al año siguiente se convirtió en DT del “equipo del pueblo”. Años más tarde, supo también ser entrenador de Boca durante el Metro de 1984, cuando protagonizó una de las peores campañas en la historia azul y oro.

Otra de las particularidades que une al Corinthians con nuestro fútbol es que el primer jugador extranjero que vistió esa camiseta en el Brasileirao (el certamen nacional brasileño implantado en 1971) fue un jugador argentino. Se trata de Miguel Angel Buttice, arquero que surgió de Los Andes y que debutó en Primera en 1965 custodiando el arco de Huracán. Tras un recordado paso por San Lorenzo (fue campeón invicto en el Metro ’68 con Los Matadores), y luego por el Lobo platense, Buttice recaló en el América de Rio de Janeiro y en el Bahía, finalmente arribando al Timão en 1974, donde no alcanzó a lucirse. Aunque supo ganarse la titularidad, finalmente fue descartado después de una derrota en la final del campeonato paulista con el Palmeiras.

Lágrimas blancas con banda roja

Por Hugo Presman


Son las mismas lágrimas de hace 363 días, pero éstas de alegría. Están atravesadas por el sufrimiento de un año interminable. De un campeonato tan duro como pequeño para un grande como River. De un gigante invadido por hormigas voraces que minaron sus cimientos. Que remataron su patrimonio, vaciaron sus arcas y desguazaron sus divisiones inferiores. Que compraron mal y caro y vendieron muchas veces baratas las joyas que surgieron. Que despilfarraron una historia rica en campeonatos; y más que eso: rica en un estilo de juego que lo convirtió en sinónimo del mejor fútbol argentino. De una hinchada acostumbrada a degustar manjares y que de pronto los trocó por celebrar ingerir una comida precaria y mal elaborada. Se dejó el paladar exquisito y se hizo un culto de la garra y la pierna fuerte. Donde brillaron Alfredo Pérez, José Manuel Ramos Delgado o Roberto Perfumo se vitoreó a Alexis Ferrero. Donde deslumbraron Sívori, Alonso o Francescoli, se aplaudió a picapiedras. El fervor y el frenesí reemplazaron al juego sutil y atildado.

Cuando el barco se hundió, responsables máximos como Mario Israel y José María Aguilar, sólo dos de una larga lista, estaban disfrutando sus éxitos personales que eran la dimensión simétrica y antagónica del fracaso de River. La soberbia de Pasarella, su falta de comprensión de la gravedad futbolística, la ausencia de refuerzos necesarios, completaron el menú que concluyó en un hecho tan insólito que concretado hace un año parece una pesadilla de un sueño inexistente. River en la B era en términos deportivos equivalente a la caída del Muro de Berlín para el socialismo real o las grietas en el Muro de Wall Street para el capitalismo.


Cuando el 26 de junio del 2011 Belgrano hundió a River en su tarde más desgraciada, Matías Jesús Almeyda, un jugador que luchó como un león en un equipo de una notable mediocridad, el capitán que concretó un retorno inimaginable cuando ya había pasado a la categoría de ex jugador, se hizo cargo del equipo para iniciar el ascenso con un equipo más competitivo que el que escribió su página negra.


Fernando Cavenaghi y Alejandro Dominguez emprendieron el regreso sacrificando importantes ingresos. El equipo raramente jugó bien. Sólo en el inicio de las dos ruedas ganó tres partidos seguidos. La irregularidad fue un signo distintivo. Se pasó en reiteradas oportunidades del optimismo de ascender, al trauma de jugar la promoción. Y a medida que se acercaba el final del torneo, la presión inmovilizaba piernas y obnubilaba el cerebro. Una pancarta lo expresaba con claridad: “Ascender no es un mérito, es una obligación.”

Pero la hinchada siempre estuvo. Apoyando incluso cuando el equipo desalentaba toda euforia y congelaba todo entusiasmo. Para la segunda rueda se incorporaron dos jugadores con experiencia: Poncio y Trezeguet. Ambos fueron importantes, en un equipo que nunca se consolidó como tal.

Son las mismas lágrimas de hace 363 días, pero éstas de alegría. Están atravesadas por el sufrimiento de un año interminable. De un campeonato tan duro como pequeño para un grande como River. De un gigante invadido por hormigas voraces que minaron sus cimientos. Que remataron su patrimonio, vaciaron sus arcas y desguazaron sus divisiones inferiores. Que compraron mal y caro y vendieron muchas veces baratas las joyas que surgieron. Que despilfarraron una historia rica en campeonatos; y más que eso: rica en un estilo de juego que lo convirtió en sinónimo del mejor fútbol argentino. De una hinchada acostumbrada a degustar manjares y que de pronto los trocó por celebrar ingerir una comida precaria y mal elaborada. Se dejó el paladar exquisito y se hizo un culto de la garra y la pierna fuerte. Donde brillaron Alfredo Pérez, José Manuel Ramos Delgado o Roberto Perfumo se vitoreó a Alexis Ferrero. Donde deslumbraron Sívori, Alonso o Francescoli, se aplaudió a picapiedras. El fervor y el frenesí reemplazaron al juego sutil y atildado.

Cuando el barco se hundió, responsables máximos como Mario Israel y José María Aguilar, sólo dos de una larga lista, estaban disfrutando sus éxitos personales que eran la dimensión simétrica y antagónica del fracaso de River. La soberbia de Pasarella, su falta de comprensión de la gravedad futbolística, la ausencia de refuerzos necesarios, completaron el menú que concluyó en un hecho tan insólito que concretado hace un año parece una pesadilla de un sueño inexistente. River en la B era en términos deportivos equivalente a la caída del Muro de Berlín para el socialismo real o las grietas en el Muro de Wall Street para el capitalismo.


Cuando el 26 de junio del 2011 Belgrano hundió a River en su tarde más desgraciada, Matías Jesús Almeyda, un jugador que luchó como un león en un equipo de una notable mediocridad, el capitán que concretó un retorno inimaginable cuando ya había pasado a la categoría de ex jugador, se hizo cargo del equipo para iniciar el ascenso con un equipo más competitivo que el que escribió su página negra.


Fernando Cavenaghi y Alejandro Dominguez emprendieron el regreso sacrificando importantes ingresos. El equipo raramente jugó bien. Sólo en el inicio de las dos ruedas ganó tres partidos seguidos. La irregularidad fue un signo distintivo. Se pasó en reiteradas oportunidades del optimismo de ascender, al trauma de jugar la promoción. Y a medida que se acercaba el final del torneo, la presión inmovilizaba piernas y obnubilaba el cerebro. Una pancarta lo expresaba con claridad: “Ascender no es un mérito, es una obligación.”


Pero la hinchada siempre estuvo. Apoyando incluso cuando el equipo desalentaba toda euforia y congelaba todo entusiasmo. Para la segunda rueda se incorporaron dos jugadores con experiencia: Poncio y Trezeguet. Ambos fueron importantes, en un equipo que nunca se consolidó como tal.


Después de 363 noches, el día esperado llegó. Un agradecimiento a Almeyda y Amato, más allá de sus inexperiencias como técnicos, y de los errores que cometieron. Un abrazo conmovido a los que como Cavenaghi y Dominguez demostraron con hechos en un fútbol profesionalizado hasta la impudicia, que sentían realmente una camiseta gloriosa, sacrificando ingresos. Eso más allá de la caída futbolística de ambos en momentos decisivos.


Un reconocimiento a David Trezeguet y Leonardo Ponzio que decidieron concluir sus carreras en un grande que estaba ocasionalmente en la B. Y a todos los que consiguieron la vuelta, especialmente a los jóvenes que bancaron con comprensibles altibajos una presión inigualable.


Y a esa hinchada, no la barra brava, que en el momento más penoso de nuestra historia, demostró el por qué River es el más grande. Ahora hay que volver a ser exigentes para que la garra sea sólo un condimento de un fútbol exquisito.


Son las mismas lágrimas de hace 363 días pero distintas. Atravesadas por una banda roja que hace más de seis décadas integra mi piel.

Hace un año escribí bajo el título “Corrigiendo a Eric Hobsbawm”: “A Eric Hobsbawm se lo considera el más importante historiador vivo contemporáneo. Entre sus aseveraciones se encuentra que el siglo XX es un siglo corto. En su opinión, comienza en 1917 cuando los bolcheviques toman el Palacio de Invierno en San Petersburgo y concluye el 9 de noviembre de 1989 cuando cae el Muro de Berlín. En este razonamiento el siglo pasado sólo tuvo 72 años. Desde el extremo sur del continente americano, un grupo de divulgadores históricos de adscripción riverplatense, que no desconocen los notables méritos del historiador que reside en Inglaterra, respetuosamente han decidido corregirlo. Han extendido el siglo XX, cambiando la fecha de su conclusión. Ya no es la implosión del Muro, sino el descenso de River consumado un desdichado día de junio, más precisamente el domingo 26, la real fecha de la finalización del siglo. El siglo se vigoriza y en lugar de los 72 años originarios, detentaría 22 años más, es decir 94.”

Hoy doblo la apuesta y sostengo que el 23 de junio del 2012, a las 17 horas, ha comenzado el siglo XXI. Aunque Hobsbawm no se entere.

Julio Falcioni, ser o no ser.



Especial para La Señal Medios. Por José Luis Ponsico
 
Julio César Falcioni sacó campeón a Bánfield por primera vez en 96  años y llegó a Boca con bajo perfil. Aludió a "equipo ordenado, con  equilibrio, priorizando lo colectivo sobre lo individual", así dejó trascender en enero 2011. Boca llevaba dos años sin ganar nada.
 
Entre´09 y´10 después de Carlos Ischia -campeón Apertura´08, ronda final, con San Lorenzo y Tigre- el equipo "xeneize" había perdido once veces en "La Bombonera".
Eliminado en primera ronda Copa Sudamericana y luego en octavos ante Defensor Spórting, Copa Libertadores´09. Sólo obtuvo el 43% de puntos en dos años.
 
Falcioni, 55 años, ex arquero de Vélez Sarsfield, "Pelusa" fines de los´70, luego figura en América de Cali -jugó 11 años- sucedió a varios técnicos célebres como Alfio Basile, transición compartida por Carlos Bianchi "mánager", con dos interinatos, Abel Alves y Roberto
Pompei y cuatro meses de Claudio Borghi, julio a noviembre 2010.

Los números de Boca, Clausura´09, dejaron 6 triunfos, 4 empates y 9 derrotas. Con Carlos Ischia, Boca eliminado por Defensor Sporting, Uruguay, en La Bombonera. En el Apertura´09 quedó undécimo con 27 puntos. En dos semestres no pasó del 40% de los puntos. Carlos Bianchi "mánager" primer semestre perdió 9 partidos.

Jugando Copa Libertadores Juan Román Riquelme tuvo la primera lesión (fascitis plantal) y estuvo ausente más de tres meses. En el Apertura´09 jugó 8 partidos sobre 19. En el Clausura 2010 Boca quedó 16° con 35% de puntos. "Coco" Basile DT.

Apertura 2010 Claudio Borghi Boca terminó 16°. Hubo interinatos por renuncia del "Bichi" tras la caída con River en el Monumental. Venía de ganar con Argentinos Jrs. pero no acertó con el planteo ni hombres (doble punta Martín Palermo/Lucas Viatri) y tres volantes estáticos
(Gary Medel, Sebastián Battaglia y Jesús Méndez)

En dos años y 4 torneos de AFA. Boca alcanzó 86 puntos. Ganó 30 partidos, empató 21 y perdió 35. En junio del año pasado plena primera despedida del "Titán" Palermo, el DT Falcioni fue silbado. Boca no había jugado bien en el semestre.

Apenas iniciado el Apertura 2011 el vicepresidente Juan Carlos Crespi luego que el "xeneize" empató con Olimpo (0-0) zona de descenso, antes del regreso: "Si Boca no gana en la segunda fecha debemos pensar en un plan B". Luego se arrepintió.

Parte del periodismo conjeturó que la lesión de Juan Román Riquelme 10a. frente a Belgrano de Córdoba, fascitis plantal, complicaba la chance de campeón. El equipo de Falcioni llevaba cinco puntos de ventaja. Algunos llegaron a decir: "Boca, sin Riquelme, no puede ser campeón". Finalmente, el "xeneize" ganó por doce puntos.

En marzo de este año los mismos medios especularon, tras el flojo desempeño de Boca en Venezuela. Ante modesto equipo (Zamora), Falcioni era objetado por Román y también Rolando Schiavi. "Boca no juega bien", la muletilla. Riquelme le había "bajado el pulgar", se dijo.

Boca en semifinales de la Copa Libertadores, está ganando el Clausura y también disputa la Copa Argentina. Curiosamente, Bánfield desde que se fue Falcioni cayó en un pozo. Hoy, nadie discute si Boca juega o no bien.

En el último partido, hasta hubo aplausos -no muchos- en la difícil platea "xeneize" cuando se iba el técnico a los vestuarios.  Siempre con "cara de piedra" y escaso magnetismo con los "líricos" futboleros.

Murió Caloi, talentoso, peronista e hincha de River



Por José Luis Ponsico

"Todo lo que pensaba y hacía, antes lo dibujaba" dice Atilio Bleta, periodista y escritor, vasta experiencia en cuatro décadas y uno de los
más grandes amigos del "Negro" Caloi, como lo llamaban todos a Carlos Loiseau. El talentoso dibujante de "Clarín" y medio centenar de medios
en todo el mundo dejó de existir esta madrugada a los 63 años.

Su gran personaje, "Clemente" nació porcasualidad en 1973, pleno  apogeo de la Juventud Peronista. Antes, la tira era Clemente y Bartolo,  maquinista en la ficción que lentamente fue dejando su lugar al muñequito sin brazos. Caloi formó una gran familia -tuvo dos matrimonios- donde el arte "con María (Ramírez) mí esposa se instaló una usina", dijo aludía al talento.

Su hermano menor Claudio Loiseau siempre evocaba la infancia de ambos en un barrio de Adrogué aunque "Caloi" tenía raíz salteña- donde a los 6 años ya Carlos Loiseau era un llamativo dibujante. Los cuatro hijos del "Negro" (Juan, Matías, Aldana y Paula) son herederos de la cultura popular. Músicos y artistas por partida doble. La noticia la dió su gran amigo y talentoso referente de la música nacional, Marcelo Simón por Radio Nacional.

Caloi muy amigo de otro "Negro" genial (Roberto Fontanarrosa) fallecido muy tempranamente. El tercer "Negro" de la tira (tipos irrepetibles) es Alejandro Dolina. Los tres de la misma generación de
talentos y ganadores donde el atributo principal estuvo (está) en la vida costumbrista, el tipo de barrio, ganando y perdiendo con minas y los amigos.
 
Era peronista y tuvo militancia en los años conmovidos por la vuelta del General Juan Perón, 17 de noviembre del' 72. Llevaba 18 años exiliado y "Caloi" vivió con miles de jóvenes el acontecimiento. A
los 19 años de edad publicaba sus primeros dibujos en la revista "Tía Vicenta" bajo la orientación del ponderado "Landrú" (Juan Carlos Colombres)

Curiosamente, hincha de River, "Caloi" instaló a "su Clemente" simpatizante de Boca y la gran polémica, dos mujeres alrededor del personaje: "Mimí" y la "Mulatona". Admirador de Macedonio Fernández,
Leopoldo Marechal y el español Machado, se fue de madrugada. Murió a las 3 en el Instituto del Diagnóstico, Capital Federal.

Yo sólo quiero jugar

Profesor Gerardo Salorio

Una mañana me levante con muchas ganas de jugar con mi hijo, era un día esplendido el sol era algo radiante que estaba muy alto y hermoso. Me propuse despertarlo y darle la noticia que llevaríamos nuestra querida pelota de futbol y jugaríamos los dos como buenos padre e hijo que tratan de compartir un momento alegre entre ambos.

Desayunamos como corresponde y charlábamos de cómo había dormido y sus sueños de futuro futbolista, alegremente compartían ese momento conmigo y estábamos pasando lo más importante que puede tener un ser humano que es la conversación con su hijo.

Luego de terminado nuestro consumo del desayuno tomamos la querida pelota y nos dispusimos a caminar las 4 cuadras, donde estaba el querido potrero para poder golpear alegremente ese con junto de gajos de cuero que nos daría la alegría de pasar momentos inolvidables.

Llegamos al lugar y nos propusimos a pasar ese momento, comenzamos a patear la pelota y hacer diferentes ejercicios con el balón, a partir de ese momento me dispuse a corregirle los defectos que observaba.

Carlitos párate derecho cuando le pegas a la pelota, no le pegues de punta, dale de costado, pégale tres dedos, no la tires a cualquier lado pensa en lo queres hacer, estas en otra cosa y no prestas atención, así me mantuve durante más de una hora, en momento del juego mi hijo me hace un gesto que no quiere jugar más, y me pide que nos retiremos a nuestra casa.
Caminamos las primeras calles en silencio, hasta que se animo y me dijo

-¿Papi te puedo decir algo?
-Sí como no, le respondí.
-Sabes una cosa no me divertí nada, yo solo quería jugar y vos te comportaste en todo momento como mi profe de futbol, y estoy cansado de recibir órdenes yo solo quiero aprender pero divirtiéndome.
Lo mire azorado y me di cuenta en ese momento que había aprendido una lección de parte de mi hijo, no había disfrutado jugar con su padre que era lo más esperado por un niño.
Llegue a mi casa lo tome entre mis brazos, lo mire fijamente a los ojos y le pedí disculpas por haber arruinado ese momento tan lindo.
Me volvió a dar otro golpe certero, me miro y me dijo.
-Papa yo con vos quiero jugar y disfrutar para aprender voy con el profe.

Otra lección aprendida para saber manejarme en el futuro. Había saltado una regla elemental que era que entre padre e hijo estas cosas no pasan y además son aquellas que se guardan en el niño para toda la vida en su memoria “Ellos solo quieren jugar”.

Los que honraron al fútbol: José Yudica cumple 76 años

Por José Luis Ponsico

Nacido el 26 de febrero de 1936, José Antonio Yudica forma parte de la historia de Newell´s Old Boys, Rosario desde 1954, año de su debut en Primera. Integró "Morning Star", 1949, ganador de "Torneos Infantiles Evita", allá.

Bautizado para siempre "el Piojo" Yudica. Zurdo, habilidoso, flaquito, encarador por la raya. Hacía goles y los preparaba. En Newell´s desde el´54 hasta 1959. Lo compró Boca

"De aquél tiempo, un par de anécdotas. En el´56 don Guillermo Stábile me convocó para jugar en la selección. El puesto era de Ernesto Cucchiaroni, a punto de pasar a Milan, Italia. Con 20 recién cumplidos en Buenos Aires me perdía.

En la concentración dormí con Ernesto Grillo, "crack" Independiente y la selección. Jugador notable por habilidad y guapeza, también a punto de irse al Milan, Italia" cuenta el "Piojo".

"Yo era muy joven y con cierta timidez. El "Pelado" Grillo hablaba poco. Apenas cambiamos dos palabras antes de dormir. ¡ Mirá que apago la luz !, dijo. Sí, Ernesto" le dije. Al día siguiente se lesionó Angel Labruna, titular de "10" y entró Grillo. Tampoco hablamos.

Argentina ganó a Italia 1-0 con gol de Norberto Conde, en el segundo tiempo y recién hablamos con el "Pelado" cuando los dos nos reencontramos en Boca, en 1960", evoca Yudica.

"En 1952 integré el Juvenil que viajó a los Juegos Olímpicos, Helsinki, Finlandia. La mayoría éramos de familias pobres. El viaje a Europa fue en barco y demoró casi dos meses.Una gira inolvidable para jóvenes de 17 años en cada caso. El premio era de 5 mil pesos.Nunca habíamos visto tanta plata junta para la época", puntualizó.

"El gran recuerdo "Morning Star" club de barrio, luego "Evita Estrella de la Mañana", la delantera Roberto Puppo, Cerro, Saliadarre, Farrugia y Yudica. Tres a Ñuls, Puppo, Farrugia y yo; dos a Central, Cerro y Saliadarre.Todos con llegada al gol. Quedamos en la historia", se emociona.

José Yudica tuvo destacada actuación como entrenador. Uno de los pocos ganadores con 3 equipos distintos entre los´70 y fines de los´80. Dirigió a Quilmes, campeón en 1978 (Metropolitano, 38 fechas), Argentinos Júniors campeón de América, 1985; antes San Lorenzo, ascenso en el´82 y finalmente Ñuls ganador Primera de AFA.1987/88.

"El gran acierto ése año fue ubicar a Roque Alfaro como "9" arrancando de atrás. Hizo goles importantes .En River era volante ofensivo por izquierda", recuerda Yudica. Fueron los tiempos de dos jóvenes delanteros como Abel Balbo y Gabriel Batistuta y la "manija" que el público "rojinegro" adora hoy: el "Tata" (Gerardo) Martino.

"Sin embargo hace una década o más que no dirijo.El círculo de los técnicos se hace cerrado"sostuvo el "Piojo" no hace mucho. Amigo de una barra de los protagonistas de los´60 Yudica alguna vez confesó "tal vez no era jugador para Boca. Quizá podría haber andado mejor en River, por el estilo", dijo.

"A River siempre le hice goles.Uno recordado jugando para Ñuls en el Monumental, 1954. Le ganamos 2 a 1 con goles de la "Bruja" (Raúl Oscar) Belén y otro mío. Esa temporada hice cuatro o cinco. Tenía 18 años. Los de River se querían morir. Ellos dominaron pero no pudieron vencernos". Faltaban 8 fechas. Se jugó el 19/9/54

"Orlando Peloso, atrás. Le pegaba con un "fierro" y hacía goles de tiro libre.Luego apareció Jorge Griffa. En el medio, Ricardo Ramaciotti. Adelante, hermanos Bernabé
-luego "7" histórico de Lanús- y Ramón Carranza, Juan Carlos Bellotti y ascendió de 8
Roberto Puppo, junto a Eduardo Bernardo, goleador y dos pibes, Belén y yo", describe.

Uno de sus mejores recuerdos lo cosechó en Qulmes como DT. cuando tuvo como dirigido al habilidoso Omar (el Indio) Gómez. De "Galera y Bastón" por habilidad en la gambeta corta. "Inolvidable", rescata. José Yudica había sido "cervecero" en el´67, luego de Boca (1959/62), Vélez (1963), Estudiantes (1964) y Platense (1965/66), sin olvidar un paso por el Deportivo Cali, Colombia, campeón en el´68.

Cuando Yudica llegó a la selección el país vivía momentos difíciles. El 24 de junio Argentina enfrentó a Italia (1-0) amistoso con el Monumental de River albergando 80 mil personas. Dos semanas antes el gobierno militar ("Revolución Libertadora") había desbaratado la revuelta cívico militar -Resistencia Peronista- fusilando a 27 personas entre civiles y militares. Ocurrió entre el 9 y 12 de junio.

"No estábamos muy al tanto de lo que pasaba. Cuando entré a la cancha de River, las tribunas, sentí una gran emoción. Unico jugador del Interior. El resto, consagrados: Rogelio Domínguez, Pedro Dellacha, Federico Vairo, Juan Carlos Giménez, Héctor Guidi, Jorge Benegas, Ernesto Sansone, Norberto Conde, Humberto Maschio, de "9" Angel Labruna, luego Grillo y yo.Todos de equipos "grandes" o ya famosos", rememora.

"Finalizó todo y como la "Cenicienta" tuve que poner los zapatitos del sueño. A las 20 estaba en la Estación Retiro, solo. Esperando el tren que iba a Rosario. En el hall circulaban 5 mil personas y nadie me reconocía. A las 15.30 en la cancha de River era protagonista de un acontecimiento", afirma.

"En Retiro volví a la realidad. No era famoso", concluye. El "Piojo" Yudica cumple 76 años y honra la historia del fútbol argentino.